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19 febrero 2009

Jami' al-mabadi' wa-al-ghaat

‘Colección de principios y fines’ es la traducción literal de este título, aunque ‘Relación de causas y efectos’ vendría más a tono con el libro. Prácticamente se trata de un recuento detallado y minucioso de los distintos artefactos y técnicas astronómicas en boga entre los árabes, escrito en el siglo trece por Abqul Hhassan Ali y rescatado por la Biblioteca Real de Francia con el registro de ‘Manuscrito 1147’.
Jean-Jacques-Emmanuel Sédillot lo tradujo íntegramente al francés dándole por título 'Traité des instruments astronomiques des arabes composé au treizième siècle par Abqul Hhassan Ali, de Maroc, intitulé Collection des Commencements et des fins' [Tratado de los instrumentos astronómicos de los árabes escrito en el siglo trece por Abqul Hhassan Ali, de Maruecos, intitulado Colección de los Principios y los fines]. Sería su hijo Louis-Pierre-Eugène Amélie Sédillot quien en 1834 lo llevaría a la imprenta, como un homenaje póstumo a su padre.
Sédillot conjugaba lo más refinado de la educación formal astronómica con un bagaje lingüístico que le permitió acercarse a manuscritos y libros orientales, escritos en sus lenguas originales. Así es como lo encontramos siendo nombrado miembro de la Legión de Honor, además de Secretario de la Escuela Real de lenguas orientales ‘vivas’, y como astrónomo adjunto del Departamento de las Longitudes para la Historia de la Astronomía Oriental. Nacido el 27 de abril de 1777, fue uno de los primeros egresados de la Escuela para la enseñanza de las lenguas orientales vivas, misma que fuese fundada en 1795, y en la que posteriormente fungiría como maestro de árabe, persa y turco.
En 1808 [1810 según el recuerdo de su hijo] su traducción concursó en los Grandes Premios Decenales [Les Grand Prix Décennaux] ‘destinés aux traducteurs de quatre ouvrages, soit manuscrits, soit impnmés en langue orientale ou en langue ancienne, les plus utiles, soit aux sciences, soit à thistoire, soit aux lettres, soit aux arts’ [‘destinados a los traductores de las cuatro obras –ya manuscritas, o impresas en lengua oriental o en lengua antigua- más útiles, sean sobre ciencias, sobre historia, sobre literatura o sobre las artes’] . El jurado encargado de premiar las obras en concurso le concedió el segundo de los cuatro premios; una idea de la calidad de sus escritos la podemos encontrar en el hecho de que sus obras fuesen públicamente reconocidas y estimadas por astrónomos de la talla de Laplace, y Delambre.
La introducción a su traducción en la edición impresa fue escrita por su hijo, y comienza con un planteamiento claro, simple y unívoco: mientras en el auge de la Edad Media el pensamiento intelectual se encontraba sumergido en una tiniebla permanente –sobre todo la Europa cristiana- el mundo árabe se daba a la conquista de diferentes pueblos, adueñándose simultáneamente de la sabiduría griega y ayudando así a los pueblos conquistados a alcanzar un grado más avanzado de civilización, cultivando sobre todo la ciencia y la literatura.
Repasando sumariamente el panorama de la ciencia y culturas árabes de los siglos VIII a X, prosigue su exposición estableciendo las diferentes deudas que astrónomos contemporáneos –Delambre y Laplace incluidos- tienen con los árabes, afirmando incluso que Laplace mismo escribía sobre el valor de los escritos árabes al determinar que elaboraron un sistema autónomo, independiente de Ptolomeo, y Delambre afirmaba que lamentablemente sólo siete u ocho siglos después era posible advertir que en esos escritos estaba implícita la superación de pensamientos erróneos griegos, y que gracias a sus observaciones fueron capaces de modificar sus propias teorías comenzando algunas veces prácticamente desde cero.
Iniciado el siglo XIII el pensamiento árabe había alcanzado una identidad propia y la galería de estudiosos, astrónomos, matemáticos y filósofos que enriquecían con sus distintos tratados los distintos campos de su interés, propiciaron la aparición de un libro como el de HHassan Ali. Siguiendo un orden clásico y adquiriendo la forma de un tratado, dividió su ‘Colección’ en dos partes.
Respetando un orden estrictamente geométrico, la primera parte la consagra a la exposición de los distintos elementos que conforman las ramas de la Astronomía: la cosmografía o descripción del cielo y del globo terrestre, la cronología [estudio del tiempo] y la gnomónica [estudio del movimiento terrestre]. En dicha exposición enfatiza el uso y empleo de las tangentes y secantes trigonométricas, resalta la invención del 'remontante' [pariente del astrolabio], así como el estudio de las ‘paralelas, arcos y signos de las horas desiguales o antiguas’, conocimientos aplicados por los árabes en su división horaria del día civil, además de merecerles la honra de ser los primeros en explicar la construcción de las superficies cilíndricas, cónicas y esféricas.
Ya entrado en materia, los tres primeros libros de la segunda parte los dedica enteramente al estudio de los instrumentos utilizados para medir el tiempo, y los cuatro últimos versan sobre instrumentos eminentemente astronómicos, entre los que sobresalen los cuartiles [quarts de cercle], una esfera y un planisferio con cuatro mesatirahs [?] trazados sobre las paralelas del horizonte y los meridianos. Distingue, además, 10 tipos distintos de astrolabios, culminando con el sextante y el ‘anillo’, estos últimos instrumentos especialmente diseñados para la observación de eclipses, ciclos lunares y ‘otros fenómenos celestes’.
La admiración del padre por la cultura árabe la compartió íntegramente el hijo, quien en su introducción al libro laureado no duda un momento en afirmar que lo cálculos de Abqul Hhassan no tienen nada qué envidiar al más avezado de los geómetras modernos [Abqul-Hhassan ne se montre pas inférieur à nos géomètres].
…Y no sólo eso. En esas deliciosas páginas preliminares del texto, aparece, tangencialmente, el sempiterno problema de la preeminencia de unas Artes sobre otras. El joven Sédillot no titubea un momento al afirmar que la obra completa de Vitrubio desmerece al lado de los estudios de Hhassan Ali:
‘Si Vitruve nous avait conservé les termes de quelques pratiques connues de son temps, ses descriptions étaient tellement équivoques qu'on en était réduit à des conjectures. Les descriptions d'Abqul-Hhassan, plus exactes, lèvent tous les doutes, et son ouvrage renferme de plus un grand nombre d'inventions évidemment dues aux Arabes’ [Si Vitrubio –s. I a. C.- nos ha conservado los términos de algunas prácticas conocidas de su tiempo, sus descripciones estaban tan equivocadas que hoy sólo persisten como meras conjeturas. Las descripciones de Abqul Hhassan, más exactas, disipan cualquier duda, y su obra magníficamente reafirma el renombre de las invenciones claramente debidas a los Árabes].
Astrónomo y lingüista, Sédillot murió el 9 de agosto de 1832 por causa de una enfermedad con tintes netamente orientales: la malaria.

Referencias:

  • Traité des instruments astronomiques des arabes, composé au treizième siècle par Aboul Hhassan Ali, de Maroc, intitulé Jami' al-mabadi' wa-al-ghaat (collection des commencements et des fins) Traduit de l'arabe sur le manuscrit 1147 de la Bibliothèque royale par J.J. Sédillot (1834). Edición electrónica disponible en Internet Archive.




XVI LLL - 19 FEBRERO 2009 - Jami' Al-mabadi' Wa-Al-ghaat
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