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Mostrando entradas de diciembre, 2008

18 diciembre 2008

Los últimos días del Hermetismo Pocas obras han tenido tanta influencia sobre una época determinada de la historia, como el ‘Corpus Hermeticum’, cuyos quince tratados se atribuyeron a la escritura del mismo Hermes Trismegisto. El Renacimiento se vio inundado de estudiosos y defensores de los escritos herméticos, en cuyos postulados se pretendía encontrar una sabiduría antiquísima, con raíces en las enseñanzas de los sacerdotes del antiguo Egipto, y cuya autoridad se comparaba a la tradición mosaica, e incluso al Evangelio según san Juan. Su pervivencia hasta principios del siglo XVII como una autoridad teológica y filosófica se debió en gran medida a la inserción de varios de sus postulados e ideas en ámbitos tan dispares como el cristianismo, el neoplatonismo y el humanismo renacentista.  Diferentes escritos de los Padres de la Iglesia mencionan los tratados del Corpus, y la última gran obra eclesiástica donde aún se le reconoce como autoridad comenzó a publicarse en 1588 bajo el tít

11 diciembre 2008

Kircher y los novohispanos Polígloto y polígrafo admirable, Athanasius Kircher supo sostener una increíble red de correspondencia cuyos corresponsales [más de 760] se encontraban en lugares tan lejanos de Europa como Japón, China, Brasil y en la Nueva España: México, Chile y Filipinas. Interesado en la ciencia tanto como en las humanidades, escribió sobre óptica, acústica, física, matemáticas, geología, medicina, las propiedades de los magnetos, lógica, música, epistemología, e incluso sobre las lenguas hebrea, egipcia y copta, así como interpretaciones científicas de algunos hechos registrados en la Biblia, como la construcción del Arca de Noé. Su influencia fue tal que llegó incluso a ejercer fascinación sobre Leibniz quien se declaró discípulo suyo, y en la Nueva España también llegó a leérsele con fruición. En la corte del entonces Virrey de Mancera sobresalieron de entre sus admiradores Sor Juana Inés de la Cruz y Carlos de Sigüenza y Góngora, aunque sería con otros dos novohispan

04 diciembre 2008

Historia y Fe En la última mitad del siglo XIX se desató en México una controversia histórico-religiosa que aún en tiempos recientes no ha podido ser dirimida: la veracidad histórica de las apariciones guadalupanas. Historiador mexicano mundialmente reconocido, hombre de fe e inquebrantables valores morales, Joaquín García Icazbalceta escribió en 1883 una carta dirigida al entonces arzobispo de México don Pelagio Antonio de Labastida y Dávalos, quien le pidiera su opinión sobre un libro titulado ‘Apología de las Apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe de México’ escrito a su vez por José Antonio González. García Icazbalceta se excusó aduciendo que no era hombre entendido ni en cánones ni teología, a lo que respondió el arzobispo que le pedía su opinión ‘como persona muy versada en la historia eclesiástica de este país’. Lo que recibió no fue un análisis ni confirmación o refutación del libro de José Antonio González, sino un detenido estudio sobre los puntos históricos absolutamente