Los últimos días del Hermetismo Pocas obras han tenido tanta influencia sobre una época determinada de la historia, como el ‘Corpus Hermeticum’, cuyos quince tratados se atribuyeron a la escritura del mismo Hermes Trismegisto. El Renacimiento se vio inundado de estudiosos y defensores de los escritos herméticos, en cuyos postulados se pretendía encontrar una sabiduría antiquísima, con raíces en las enseñanzas de los sacerdotes del antiguo Egipto, y cuya autoridad se comparaba a la tradición mosaica, e incluso al Evangelio según san Juan. Su pervivencia hasta principios del siglo XVII como una autoridad teológica y filosófica se debió en gran medida a la inserción de varios de sus postulados e ideas en ámbitos tan dispares como el cristianismo, el neoplatonismo y el humanismo renacentista. Diferentes escritos de los Padres de la Iglesia mencionan los tratados del Corpus, y la última gran obra eclesiástica donde aún se le reconoce como autoridad comenzó a publicarse en 1588 bajo el tít
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